miércoles, 27 de abril de 2011

Vale la pena esperar, pero ¿cómo?

Un hombre de unos 35 años, sale de su trabajo después de una jornada agotadora y estresante. Puede verse en su cara que no tuvo un buen día y necesita relajarse un poco. Llega a un bar, pide una cerveza y otra… se van borrando de su rostro las huellas del cansancio y los problemas del día a día. Poco a poco se hace al ambiente, se afloja la corbata y entra en confianza con el barman quien le cuenta una y otra historia. Al terminar su tercera cerveza mira hacia atrás y ve una hermosa mujer sola sentada en una mesa, ella le sonríe. El hombre sin vacilar le pregunta al barman -“¿qué está tomando esa chica?”, -“Whisky en las rocas”… y el hombre le dice: “llévale una botella de mi parte”. Al recibir el “regalo”, la mujer sonríe y sonrojada mira al hombre. El barman llega con una servilleta que tiene unas palabras: “Muchas gracias por el detalle, te agradezco si me acompañas”. El hombre decidido se sienta a su lado. Hablan durante largo rato, se ríen como nunca, todo lo que dice el uno, es gracioso para el otro. Comparten sus gustos musicales, cantan canciones en coro que les traen recuerdos gratos y de pronto suena una música suave, romántica, se miran fijamente… todo queda en silencio.

Todos hemos visto escenas como estas. Las podemos ver en películas taquilleras, videos musicales, telenovelas, etc. Bien sabemos cuál es la continuación y final de esta trillada escena. Lo que no nos muestran las películas ni los canales “juveniles”, es la otra cara de la moneda.

¿Te has dado cuenta que casi siempre estas escenas están acompañadas de una música de fondo que hace que se te erice la piel y que los personajes parecen hechos el uno para el otro?, ¿has notado que cuando los personajes deberían empezar a enfrentar las consecuencias de la vida real, la película acaba en un “final feliz”, dando por hecho que no hay de qué preocuparse? Pues la vida real, funciona muy diferente!... la vida real no termina cuando dos desconocidos se van a la cama y comparten su intimidad sexual. Allí apenas comienza la historia de la vida real, que desafortunadamente padecen cientos de miles de jóvenes cada año en el mundo entero. Esta cara de la moneda no es presentada en los medios de comunicación. Allí no verás el corazón destrozado de una pareja de chicos que entregaron tanto, para darse cuenta al final, que era solo cuestión de emociones y que “ya no es lo mismo”… Tampoco verás en las pantallas al señor de nuestra historia en el bar, llorando al día siguiente, triste por haber ido en contra del amor a su esposa por haber dejado de lado aquello por lo que había luchado toda su vida. Eso no nos lo muestran porque no vende. En cambio la música de fondo, las miradas, las cámaras lentas y los besos sin fin… ¡eso si que vende!

Es indiscutible la presión que los medios de comunicación ejercen sobre las decisiones que tomamos día a día y en la manera en que vivimos nuestra sexualidad. En una encuesta telefónica llevada a cabo por YANKELOVICH PARTNERS INC. para TIME y CNN, pudo determinarse que el 45% de los niños y adolescentes aprenden de los Amigos todo lo que saben de sexo, el 29% de los medios de comunicación, el 7% de los padres de familia y el 3% de programas de educación sexual. Estos datos son muy similares a la experiencia que hemos tenido durante 16 años de trabajo con adolescentes y padres de familia en Colombia.

Son nuestros amigos los que nos ofrecen la mayor cantidad de información acerca del sexo, pero ellos la obtienen de otros amigos y de los medios de comunicación. Estamos en un círculo vicioso en el que nuestros padres quedan relegados a un tercer lugar. Lo que quiere decir que la información acerca de sexo que aprendemos en la adolescencia no es la mejor orientada y es presentada por medios de comunicación que tienen fines comerciales y amigos que tienen nuestras mismas dudas.

Es muy normal que a tu edad pienses que debes verte de tal manera para ser aceptado o que debes cumplir con algunos estándares de belleza y de prestigio para ser un adolescente “feliz”. Pero has pensado ¿de dónde salen estos criterios?, ¿quién los determina?... ¿de dónde sale la idea de que hay que tener determinadas medidas para ser bella o que para ser prestigioso hay que actuar como las celebridades que se apagan con la misma velocidad con que son lanzadas a la anhelada fama?... Es la sociedad de consumo quien a través de los medios de comunicación, instaura poco a poco unos valores que se nos muestran como necesidades básicas, haciéndonos creer que debemos encajar en esos estándares. Te preguntarás qué tiene que ver esto con la sexualidad… ¡Pues tiene mucho que ver! Pues de la misma manera en que se nos convence cómo debemos vernos, se nos trata de convencer cómo debemos comportarnos sexualmente.

Ahora entenderás por qué el ejemplo de la película que describí al comienzo. Muchas veces mientras pasan esas escenas por la T.V, estamos del otro lado de la pantalla, esperando que se besen de una vez por todas y “que se enamoren, porque hacen muy linda pareja”. Los medios de comunicación y la mentalidad actual respecto al sexo, nos han llevado a pensar que para que nos amen, debemos ser sexys. Podríamos pensar que la atracción sexual es lo mismo que el amor, pero no es así. El amor es la búsqueda del bien del otro en todos los aspectos de su vida: Físico, emocional, espiritual, social e intelectual y no es solo un sentimiento o una emoción que viene y va como el viento. Para tener atracción no se necesita amar a la otra persona, ya que es una cuestión física, que se da desde la apariencia. Tampoco se necesita tener sexo para construir una relación de amor verdadero. Amor y sexo son cosas muy distintas y el uno puede existir sin el otro.

Sin embargo, muchas veces las presiones de los amigos y de los medios de comunicación nos hacen creer que el amor se demuestra en el sexo y que no puede haber una relación de amor verdadero en la adolescencia, sin sexo.

Creer que el sexo enriquece una relación inmadura y que ayuda a que las personas se amen más, es un error muy común en el que caen muchas personas hoy en día. Esto las lleva a la dependencia, a los celos y a fuertes sentimientos de culpa, pues al darse cuenta al pasar el tiempo que la relación de todas maneras fracasa cuando no está bien cimentada, piensan que debieron haber actuado distinto o que pudieron haber “entregado más”.

La Campaña Nacional para la Prevención del Embarazo Adolescente (National Campaign to Prevent Teen Pregnancy) en diciembre de 2003, realizó una encuesta en la que se arrojaron interesantes datos:

El 75% de quienes habían tenido sexo, desearían haber esperado

El 85% desearían haber hablado con sus padres abiertamente sobre sexo

El 90% piensan que es importante que la sociedad envíe a los jóvenes un mensaje contundente para aplazar el sexo

Son cada vez más los jóvenes que por razones personales y muy profundas, deciden desarrollar sus relaciones de noviazgo en un ambiente de amistad, diálogo y compromiso con sus metas personales, sin involucrarse sexualmente. Esto no quiere decir que estos jóvenes hayan dicho NO a sus sentimientos o deseos sexuales. Al contrario, le han dicho SI de manera contundente a la sexualidad y a las libertades que trae esta cuando se vive de manera inteligente. Por eso la manera más inteligente de vivir la sexualidad se traduce en una palabra: Castidad. Y estas son las libertades que te ofrece este estilo de vida que cada día tiene más adeptos:

  1. Sí a la salud física: Aumentar la valoración de tu cuerpo y poder desarrollarlo sin pensar en enfermedades de transmisión sexual, embarazo no deseado o aborto.
  2. Sí a la salud mental: La paz y tranquilidad de saber que estás actuando de manera coherente con tus metas y convicciones. Saber que no tienes de qué preocuparte porque tu autoestima crece sin necesidad de hacer lo que los demás hacen y sin tener que agradarlos.
  3. Sí al desarrollo de tu potencial al máximo: ¡Estás en un momento de la vida en el que los talentos y habilidades pueden fortalecerse de manera impresionante! Ahora estás escogiendo el tipo de adulto que quieres ser en cada dimensión y la Castidad te permitirá estar concentrado para hacer lo correcto y emplear las energías vitales en lo que más te conviene. Deportes, hobbies, habilidades sociales, conocer más amigos, fortalecer tu relación con Dios, conocer las características más importantes del sexo opuesto y saber cómo relacionarte con este… Diversos estudios como el de Dinah Richard (“Has Sex Education Failed Our Teenagers?”, Focus on the Family, Colorado, 1990) demuestra que cuando los jóvenes han decidido no involucrarse sexualmente a temprana edad y han aplazado su noviazgo por unos años, han alcanzado una mayor madurez social y consiguen más y mejores amigos, con mayor facilidad. Al contrario, quienes comienzan desde muy temprana edad (13 años), a tener relaciones exclusivas, como el noviazgo, tienen un mayor riesgo de iniciar su actividad sexual y de estancarse socialmente.
  4. Sí a una relación de noviazgo libre, sin manipulación: Nada mejor que saber que la persona que te ama, lo hace sin condiciones, sin pedirte pruebas. Te ama a ti por lo que eres y no por lo que das.
  5. Sí a una vida social rica, alegre y positiva: En la cual puedas conocer muchas personas dispuestas a aceptarte tal y como eres, sin apariencias ni mentiras… ¡Ser tu mismo!, ir preparándote para tu futuro y para los retos que implica el amor verdadero.

Como ves, son suficientes las razones por las que muchas personas deciden día a día, vivir la castidad por amor propio y a otros y muy seguramente has pensado en muchas otras razones. Sin embargo cuando se está en una relación de noviazgo, la presión sexual aumenta. Esto nos puede llevar a confundir el deseo y la atracción, con el amor. Pues aunque estemos muy decididos a vivir nuestro amor con valentía y determinación, seguimos siendo sexuados y seguimos enfrentado las presiones.

¿Es posible el autocontrol en el noviazgo?, ¿Cómo lograrlo?

Una de las preguntas más comunes a las que se enfrentan las parejas de novios es ¿Cuánto llevan de novios? En este caso no tenemos problema en responder: -Seis meses, -un año…, pero a veces esta simple pregunta va acompañada de una mirada maliciosa e imprudente y de otra pregunta más: ¿y ya?... Es como si poco a poco en nuestra cultura se diera por hecho que el tener una novia, un novio en la adolescencia, se tuvieran que iniciar las relaciones sexuales. Este es un mito muy común, que bien vale la pena analizar. La realidad es que el noviazgo no es solo “una oportunidad de experimentar cosas nuevas” o “tener con quien pasar el tiempo”, “buscar quien me quiera porque en mi casa las cosas no marchan bien…”

El noviazgo es una relación que bien puede ser una oportunidad de:

  • Crecimiento y de logro de metas personales
  • Alcanzar poco a poco la madurez afectiva y el conocimiento del sexo opuesto
  • Ir teniendo claridad de la persona con la cual compartirás el resto de tu vida

…O una relación que se convierte en

  • Dependencia
  • Que te estanca limitando tu tiempo libre y potencial
  • Que va desgastando una relación que no se sabe para donde va.

En fin, el noviazgo no es para tener relaciones sexuales, pero si es para madurar afectivamente y ser responsables de nuestros sentimientos, sin jugar con la otra persona y con la posibilidad de dar la vida.

Probablemente tú también te hayas hecho la pregunta de ¿Cómo controlar las emociones sexuales en el noviazgo?... Es una pregunta que tiene respuesta, pues al fin al cabo somos libres, tenemos voluntad y capacidad de autocontrol sexual, pero a veces cuando se inician las relaciones sexuales en el noviazgo, las personas dejan de intentarlo o simplemente caen en el mito de que “no se pueden evitar”, “no hay nada que hacer”, “es que las cosas se dieron”. Otras veces se puede pensar que si se dejan de tener dichas relaciones sexuales, la relación correrá el riesgo de que se acabe… ¿por qué será que esto pasa tan a menudo?

Lograr el autocontrol sexual en el noviazgo si es posible. Se logra como muchas cosas en la vida, con determinación, valentía y poniendo los medios día a día para que sea posible. En nuestra sociedad se nos ha enseñado a pensar con frecuencia en el sexo y es por eso que culturalmente, nos parece tan absurdo que una relación se pueda mantener sin relaciones sexuales. Si piensas todos los días que no tienes relaciones sexuales con tu novio o novia y que eres un joven fuera de lo común, es posible que se te haga más complicado alcanzar la meta…

Pero si vives tu vida de manera productiva, seguramente no estarás pensando: “Uy tengo ya 15 años, se va a acabar el año, son las 3:00 p.m… ¡Y NO HE TENIDO RELACIONES SEXUALES!!! Claro que no. Las personas de carácter, aprovechan su potencial al máximo y fortalecen aspectos en sus vidas, que van a ser la columna vertebral de las decisiones más importantes en su futuro. El sexo no es lo único en la vida y tampoco es necesario para que te puedan amar… Vales mucho como para que ese sea el único aspecto por el que alguien estaría contigo.

domingo, 2 de septiembre de 2007

Presentación

He creado este espacio, motivado por la enorme necesidad que veo día a día entre los padres de familia y jóvenes de todas las edades, de contar con un medio en el cual solucionar sus dudas y expresar sus opiniones, así como poder encontrar un espacio de orientación y diálogo con altura, acerca de la sexualidad humana.

El medio social que nos rodea, es cada día más agresivo -e invasivo-, con los mensajes que hacen referencia a la sexualidad, otorgandole una pobre valoración y restandole dignidad, lo que nos deja desprovistos de referentes adecuados para pensar la Sexualidad como se debe.

En Sexualidad Inteligente, se busca elevar los criterios y el lenguaje, tanto en la población adulta como en los jóvenes con el fin de propiciar un espacio en el cual podamos apuntar a la construcción del verdadero amor, la amistad y la libertad, valores fundamentales para la sociedad de hoy, partiendo siempre de la construcción de un carácter fuerte, de la adquisición de destrezas que permitan un comportamiento social y privado coherente con nuestra naturaleza integral.